17 DE Agosto Aniversario del fallecimiento del General osé de San Martín"

En el año 1823, luego de regresar de Perú, se trasladó a Buenos Aires donde se lo recibió como a un desertor de la bandera. Inválido de la gloria, divorciado de la patria, viudo del hogar, renegado de los pueblos por el redimidos, pisando enfermo y triste los umbrales de la vejez, EL LIBERTADOR DE MEDIO MUNDO, tomó a su hija en brazos y se condenó silenciosamente al ostracismo.(1824)
¡Su patria lo miró alejarse con indiferencia, y casi con despresio!.
Viajó a Bruselas y luego se instaló en Boulogne Sur Mer (Francia), y el 17 de Agosto de 1850, a las 3 de la tarde su corazón dejó de latir. La noticia de su muerte llegó hasta el otro lado del océano por medio de Don Mariano Balcarce, esposo de su hija ;"Hoy cumplo con el doloroso deber de comunicar la más triste noticia que pueda transmitirse a las repúblicas de América del Sur, la muerte del General don José de San Martín"
El gobierno de Francia decidió honrar su memoria inaugurando su estatua en Boulogno Sur Mer erigida a orillas del mar. En la ceremonia hablo Belisario Roldán, poeta y orador argentino:

"Padre nuestro que estás en el bronce. Las progenies multiplicadas levantan su corazón para exclamar: hemos hecho la Patria que soñaste, es fecunda como tu vida, altiva como tus vanguardias, eminente como las cumbres, en dignidad, en esfuerzo, en avances legítimos y también en virtudes, ha hecho honor en todo tiempo al relámpago soberbio que a manera de aurora trazó tu espada el día tormentoso del nacimiento y así, como siguiendo su imagen viva entró a la libertad, entra a la gloria un siglo despúes por el pórtico de Francia. Quede ahí tu estatua para siempre jamás al amparo de la potente soberanía en cuyo suelo naciera como un brote espontáneo de la entraña generosa, séale propicio el murmulllo de esa misma mar que arrulló las últimas nostalgias del proscripto, la ola que llega rumoreando a quebrarse en estas altas playas traerá hasta el momento, como un eco de la tierra bienamada el solemne latido de la Patria y que allá, en los más lejanos días del porvenir, cuando sobre el polvo de todos nosotros haya pasado la caravana implacable de los años y al beso de los soles y las lunas haya envejecido esa frente de bronce, aquelllos hijos de nuestros hijos que recorrran Europa sientan, descubierta la cabeza y arrodillada el alma, que tiembla en sus corazones la plegaria sin palabras de todas las latitudes".