PADRE DE LA PATRIA
Símbolo de libertad, en toda América
se alza guardiana en el bronce tu figura.
La inmensa soledad de las cumbres andinas
no supo ahogar tu grito,
cuyo clamor resuena como un eco.
Con un estandarte y un tintero atesorados,
con la herida de la ingratitud dentro del pecho,
desdibujada tu figura en la neblina
fue tu regreso amargo y despedida.
Acudiste presuroso al reclamo de tu estirpe,
inmolando loores, rechazando honores.
Para regresar velado, en el sueño eterno de la gloria.
Prof. Ana María Mansilla