El pueblo de Jujuy responde heroicamente al llamado patriótico. Y como en los viejos éxodos de la historia todo un pueblo marcha con sus soldados- hijos de su seno- guiados por quien, sabedor de que esa es su hora de gloria, va sereno hacia el campo de las Carreras, donde el drama ha de resolverse luego de treinta días de incertidumbre y duelo.
La gente debía llevarse todo lo que podía ser transportado en carretas, mulas y en caballos. Y así marcharon rumbo a Tucumán (distante 340 km de la capotal de jujuy), siguiendo al General Belgrano (el abogado convertido en soldado para defender a su patria) y llevando todo: muebles, enseres y arreando el ganado a tropel.